Cuando se viaja en un avión y se llega a destino se genera una ansiedad supina a la que llamaría
* Energía.
Energía pero de las de mal rollo.
¿Por que……?
- ¿Por que te levantas del asiento si la luz de mantener tu cinturón atado sigue iluminada?
- ¿Por que abres el compartimiento superior si todavía seguimos moviéndonos?
Es una ley no escrita:
encenderás el teléfono móvil y oiremos esa ridícula melodía, te pitarán los mensajes acumulados y sonreirás diciendo… sí chicos … ¡son míos!
Llamarás a Toni no para decirle has llegado,
*el ya lo sabe, lo ve en el pantallón*
si no para joder al piloto intentando comunicarse
con la torre de control, con ese galopante sonido en su auricular……
… y le dirás….
Hola Toni *Toni tiene un bar en Vigo*
ya he llegado,
no,
aun estamos esperando a bajar del avión.
Hostia, tío, ¿por que le haces al pobre Toni?
¡el pensaba que se había despistado y no te había visto salir!
y tú, tú estas atrapado por la
Energía.
Yo propongo hacer olímpico el aguante a estar oliéndole el sobaco al de al lado
escuchando las conversaciones telefónicas que no necesitas oír de el de atrás
mientras las puertas de un avión del lado de allá
están cerradas.
Esta es pues, la energía acumulada en cabina
cuyo origen vienen de la fricción del aire en las alas de los aviones.
¿O será un mero cansancio de estar sentado, que nos hace ser masoquistas y soportarlo todo?
No lo sé ….
………… Como quiera que fuere…
la
salida
del
avión
está
mal
pensada.